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Otro año más quisimos repetir la experiencia de
pasear por los inolvidables parajes del valle
del Lozoya. Desde Pinilla del Valle dispusimos
nuestra marcha hacia Navarredonda. En nuestro
camino topamos con varias manadas de vacas y
amigables caballos. En la altitud pudimos
contemplar el embalse de Lozoya, como también
más adelante el embalse de Riosequillo. Una vez
llegados a Navarredonda, descansamos un poco,
tomamos fuerzas y nos dispusimos a emprender el
camino de vuelta
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